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¿Y el derecho de legítima defensa? por Almudena Negro



Ha comenzado el año 2009 y todo, hasta la crisis, sigue como siempre. Por ejemplo, ahí tienen el conflicto entre los terroristas de Hammas e Israel y la pro palestina manipulación de los hechos por parte de la gran mayoría de la prensa española. Y es que pase lo que pase la culpa es de los israelíes –y, de paso, de sus aliados, los siempre odiados yankees- , siendo cada vez mayor el número de jóvenes víctimas de la LOGSE que apuestan en la red, cual Ahmadineyah, por la desaparición de la única democracia de Oriente Medio y defienden a terroristas sanguinarios que buscan causar con cada una de sus acciones el mayor número de víctimas civiles posibles.

Son esos jóvenes que pasean por nuestras calles lo mismo con una camiseta del criminal Che que con el “palestino” anudado al cuello. ZP, a diferencia de Leire Pajín que ha sido junto con Fidel Castro y algunos líderes islamistas de los pocos políticos que ha tomado partido, ha escondido el suyo en el fondo del armario.

Que hasta Mahmud Abbas, líder de Al-Fatah, presidente palestino y poco sospechoso de “sionista” (como califican los extremistas judeófobos a los que no lo son) le endilgue la responsabilidad de la ruptura del alto el fuego a los miles de misiles que durante la tregua los encapuchados han estado lanzando sobre el sur de Israel desde la franja de Gaza les da igual. Que los de Hamas estén impidiendo el paso de los heridos por los bombardeos israelíes hacia Egipto porque necesitan a efectos de propaganda el mayor número posible de víctimas civiles les da casi tan igual como la matanza de 400 civiles en El Congo que ha tenido lugar esta semana. Ponen a la misma altura a terroristas e israelíes y se rasgan las vestiduras al contemplar, extasiados, el cadáver de un pobre niño palestino muerto durante un bombardeo. Los niños israelíes muertos en atentado no importan. Como los congoleños. Los más salvajes y descerebrados de la cuadrilla osan incluso tildar de nazis a los descendientes de las víctimas del Holocausto. Hay que echarle bemoles a la cosa.

Dicen algunos que Hamas, organización terrorista financiada por Irán y cuyo objetivo es barrer Israel del mapa, es la parte débil del conflicto y comparan el número de muertes como si de un macabro albarán se tratase. Callan que la franja de Gaza fue entregada por Israel como muestra de buena voluntad a Palestina. Callan que Israel, que ha declarado la “guerra total” a la banda terrorista, está dispuesta a reconocer un estado palestino. Callan que desde esa misma franja de Gaza se lanzan misiles con más de 40 kilómetros de alcance. Lo callan todo. Si la respuesta es proporcionada o no, que es el debate que más furor está causando entre los medios progres, es difícil de valorar, aunque cada pérdida de vida humana inocente sea una verdadera tragedia. Lo cierto es que Israel está buscando, como siempre, minimizar, en una de las zonas con mayor densidad de habitantes por metro cuadrado, al máximo el número de víctimas civiles. La mayoría de muertos son terroristas.

El caso es que esta vez los que siempre se ponen de uno de los lados y siempre del mismo lo van a tener más complicado. Y es que es imposible ocultar quiénes son los sanguinarios “hombres de la paz” de Hamas, que recientemente aprobaban en el parlamento de Gaza una ley para aplicar penas llenas de talante cual es la crucifixión para todos aquellos a los que estos bárbaros consideren traidores. Tal vez es por ello que en la prensa española, siempre bochornosamente antisemita, han aparecido aquí y allá artículos denunciando el sectarismo reinante y reivindicando el derecho de Israel a defender su existencia, su libertad y su dignidad. Porque lo que se juegan los israelíes es mucho: su supervivencia.

¿Se imaginan que mañana ETA, cuyos iluminados ideólogos y militantes reivindican como propio parte del territorio francés se pusiera a lanzar misiles sobre el sur del país de Sarkozy a razón de 80 a la semana? ¿Cómo creen que reaccionarían tanto la población como el gobierno galo? ¿Solidarizándose con ETA? ¿Callando? Pues eso.

Fuente: Diario siglo 21

 
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