PARA LEER CON MAYOR COMODIDAD PODES

Obra de Diego Rivera revela sus raíces judías



En el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda, Diego Rivera dibujó a una joven judía siendo sacrificada por la Santa Inquisición, dicho motivo obedece a uno de los aspectos poco conocidos del muralista: sus raíces judías.

Así lo dio a conocer la especialista y profesora universitaria Alicia Gojman de Backal, curadora de la exposición Diego Rivera y la Inquisición, un puente en el tiempo, que se exhibirá a partir del 25 de noviembre en el Museo Mural Diego Rivera.

Tras un recorrido por la muestra, la especialista en temas judíos manifestó que la exposición, además de ofrecer aspectos ya conocidos del muralista nacido en Guanajuato en 1886, revela sus orígenes, tema totalmente desconocido hasta ahora.

La exposición muestra la plena conciencia que tuvo sobre sus antepasados procedentes de los judíos portugueses, dijo. Pero también se dilucidarán sus amplios conocimientos sobre la historia mundial.

Recordó que fue un hombre bien informado de lo que ocurría en la época que le tocó vivir y tenía conciencia de lo que eso podía significar en el futuro. Estos y otros aspectos permiten descubrir el lado humanista del pintor cuyas múltiples facetas, a 51 años de su muerte, aún están por descubrirse.

Gojman de Backal expuso que los antecedentes judíos de Diego se remontan a sus abuelos paternos, de apellido Rivera Acosta, quienes eran de origen judío portugués y habían emigrado a México para establecerse en Guanajuato.

Sus biógrafos señalan que sus abuelos eran judíos conversos, es decir, se les había obligado a convertirse al catolicismo, por ello Diego Rivera había sido criado bajo esta religión, aunque siempre estuvo consciente de sus orígenes.

Así, la muestra integra alrededor de 70 objetos, entre libros, retratos, pinturas, recortes de periódicos, el mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda" y una joya que perteneció a León Trostsky, líder ruso también de origen judío muy amigo del muralista.

En dicho mural, el pintor lo comenzó con la imagen de Mariana de Carvajal, una joven judía que es exhibida por la Santa Inquisición de la Nueva España, azotada y finalmente llevada a la hoguera supuestamente por herejía.

Diego Rivera, explicó Gojman, conoció esta historia de los Carvajal, le impactó mucho, sobre todo que la Inquisición hubiera llegado a la Nueva España y se haya abolido hasta el siglo XIX.

Se presume que por ello pinto a la joven hija del matrimonio Carvajal, que llega con el gobernador del nuevo reino de León y que acaba en la hoguera en 1601.

Por su parte, la directora del Museo, Carmen Gaitán Rojo, indicó que de esta forma Rivera hizo una especie de homenaje a los judíos que llegaron a la Nueva España y que se les persiguió de una manera muy injusta y oscura.

Las piezas que datan de los siglos XVI al XX, explicó, provienen en su mayoría de colecciones privadas, específicamente de Gojman y de otras instituciones públicas, y dan cuenta de la presencia de la Inquisición en México.

Carmen Gaitán Rojo, directora del recinto cultural, subrayó que la exposición permitirá adentrarse en la relación de Diego Rivera con el judaísmo y el homenaje perpetuo que rindió en una pintura a Mariana de Carvajal, mujer perseguida y torturada en aquella época oscura de la Inquisición.

“A la dirección de este museo se le ocurren cosas extrañas, como ésta en la que convergen dos situaciones: una, la inacabada obsesión que tenemos los mexicanos por todo lo relacionado con Diego Rivera y, otra, el esfuerzo por pensar el país como diverso y multicultural”, enfatizó Gaitán.

Así que la exposición inaugura una nueva doble mirada que nos permite fijarnos en algo que estaba ahí, pero que nos había pasado desapercibido: desde reconocer que son muchas las raíces que componen lo mexicano, hasta entender esa nueva faceta de Diego Rivera.

No deja de llamar la atención el celo con el que los españoles se pusieron a aplicar los conceptos de pureza de sangre, la negativa de mezclarse con el otro y liquidar a lo diferente, cuando precisamente ellos se habían mestizado durante siglos con musulmanes y judíos, además de mezclarse con los indios de las muchas etnias que habitaban sus dominios en Europa.

Eso hace evidente que el ser humano está compuesto de contradicciones y que trata de ocultarlas y silenciarlas a toda costa, pero también que a pesar de inquisiciones y holocaustos los mestizajes son inevitables, como dice José Emilio Pacheco, por “el proceso irreprimible de la sexualidad” generada por el hecho mismo de la vecindad y convivencia.

La exposición, que se exhibirá hasta marzo de 2009 y después viajará a Monclova, Monterrey y Estados Unidos, incluye también la exhibición de la tabla del Altar de "El perdón", que estaba ubicado en la Catedral Metropolitana y se quemó durante un incendio en el recinto religioso hace varios años.

El retablo es obra de Jerónimo de Balbás, escultor español también perseguido tras ser descubierto su pasado judío, por lo que fue encarcelado y después fue quemada la obra.

Fuente: Notimex - Terra México

 
ir arriba